Estudios señalan que el 8% de los datos de los 45 millones de mensajes que se envían a diario, son emoticones o emojis, una palabra japonesa utilizada para designar las imágenes que son usadas para expresar una idea o sentimiento en los medios de comunicación digitales. Su nombre se compone de un signo japonés equivalente a nuestra “e”, y “moji”, que significa letra, y se celebra el 17 de julio, pues es la fecha que se muestra en el emoji del calendario de los Iphones.
Una encuesta online a personas desde 15 años, demostró que el 98% usa este tipo de símbolos en sus mensajes, más del 45% de ellos dicen utilizarlos “Generalmente, en todas mis conversaciones”.
Sin embargo, muchos padres pueden preguntarse, ¿los emojis empobrecen el lenguaje de los niños en etapa escolar y que están aprendiendo a usar las palabras? No es un tema simple, ya que para algunos, los emojis afectan la manera en que los humanos nos comunicamos, retrasando significativamente nuestra lengua y el cómo la entendemos y practicamos. Según la encuesta, el 49,5% de las personas cree que efectivamente hay una degradación de éste al usar emojis, sin embrago, también un 47,5% señala que estas imágenes “aportan al lenguaje escrito”.
La mayoría de los especialistas concuerdan en que la aplicación de emoticones representa la democracia del lenguaje a través de culturas, que su significado y capacidad comunicativa es parecida a la de la música y no a la de una lengua formal; por tanto, puede superar barreras sociales y culturales.
Para Andrés Agurto, docente de la red Cognita y director de Estudios de Ed. Media del colegio Manquecura, “El lenguaje es un objeto cultural ligado a las transformaciones tecnológicas, a los modos de vida y a la manera en que nos relacionamos los humanos”. En ese sentido, éste evoluciona y cambia. Lo importante, destaca el especialista, “es tomar en cuenta el contexto de la interacción, su intención y, sobre todo, con quienes se establece. Es distinto hacerlo en una conversación informal vía redes sociales que en una charla corporativa, por ejemplo, pues puede demostrar falta de seriedad o cierto grado de inmadurez”. De hecho, para el 75% de los encuestados, los emojis deben usarse sólo en conversaciones informales.
Un estudio de la Universidad de Los Ángeles, EEUU, determinó que sólo el 7% de las conversaciones es verbal, 38% es vocal (corresponde al volumen y las inflexiones de la voz) y el 55% restante es gestual. De esta manera, investigadores de la comunicación han descrito las ventajas que puede tener el uso de emojis en el lenguaje escrito. No sólo agrega emocionalidad a una conversación, sino que también se pueden transformar en la comunicación no verbal. “Al igual que los gestos, las expresiones faciales y las posturas corporales, las caritas y otras imágenes ayudan al emisor a dar la intención deseada al mensaje. De esta manera, el receptor percibe éste como más cercano y confiable, enriqueciéndose así la comunicación”, explica el docente de Cognita.
Es así como para el 37,8% de los encuestados, el uso de emoticones aporta en un 100% a que las personas entiendan lo que se desea transmitir; el 60,3% que cree ayudan en algo, y sólo el 1,9% cree que no aportan en nada.
¿Cuál es el emoji preferido? Entre los más nombrados están las caritas felices, el pulgar para arriba, la carita que le salen lágrimas de risa en diagonal y los corazones.
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