Las icónicas zapatillas Converse, desde su aparición hace más de 100 años, han estado presentes en tiempos de rebelión y cambio, así como han sido parte de las distintas generaciones y culturas que las han usado como un medio de expresión. Hoy más que nunca Converse busca romper las barreras en la igualdad de género y racial, mediante el arte sostenible.
Es por eso que Converse inauguró un mural artístico sustentable que visibiliza la importancia de la igualdad de género y racial a nivel social, especialmente en marzo, el mes de la mujer y de la no discriminación e inclusión. Además, en la obra de más de 60 mts. de altura, se utilizó una pintura que limpia el aire y por lo tanto equivale a la acción purificadora de aire de 650 árboles.
El mural ubicado en General Bulnes 749, Santiago Centro, presenta a dos figuras humanas que juntan sus manos para crear un círculo de luz que simboliza la importancia de tener todos las mismas oportunidades y el trabajo en conjunto de ambos géneros.
El diseño estuvo a cargo de Estefania Leigthon, artista chilena autodidacta y defensora de la multiculturalidad que ha desarrollado un estilo ligado a la figura femenina y la naturaleza, con referencias en cuanto a la simplificación de la figura, el uso de trazo grueso y el relleno de colores planos. La obra se creó bajo la curatoría y producción de Esteban Barrera mediante Lira Arte Público.
La artista explica que en el mural existe una simbiosis sobre las diferencias culturales, migratorias, económicas, sociales y de género. “Mirarse a los ojos, de frente y honestamente como iguales en una sociedad tan desigual es un acto de amor y resistencia, una transformación urgente y necesaria. Entender que somos complemento y no más, o menos. Juntos podemos potenciar nuestra energía y utilizarla para equilibrar, sanar y florecer”.
Para el desarrollo de la obra, se utilizó la pintura sustentable Graphenstone, que limpia el aire debido a que está compuesta con una base de cal en pasta artesanal que durante su proceso de secado absorbe C02 y reduce las partículas contaminantes nocivas, mejorando así la calidad del aire. Por ejemplo, tres tarros de 15 litros, absorben 14,50 kg de CO2, la misma cantidad que un árbol adulto de 250 kg durante todo un año.
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