Durante sesenta años se editó y publicó la famosa revista Zig-Zag, desde el 19 de febrero de 1905 hasta el 29 de noviembre de 1968. La prestigiosa revista, que permanece aún en la memoria colectiva de los chilenos, es considerada la primera publicación de carácter misceláneo producida en Hispanoamérica.
Años después, Zig-Zag incursionó en la edición de libros y su catálogo literario se fue engrosando con publicaciones de importantes autores chilenos, sudamericanos, norteamericanos y europeos, transformándose progresivamente, gracias al volumen de sus publicaciones y a la calidad de sus obras, en la empresa editorial más grande del país y de los países de habla hispana. En la década de 1980, Editorial Zig-Zag lanzó una propuesta renovada y encauzada a la publicación de textos educativos.
Actualmente, Editorial Zig-Zag cuenta con un atractivo fondo editorial, se sitúa en una posición de liderazgo en el mercado de literatura infantil y juvenil, y es un importante proveedor del Ministerio de Educación. Entre 2009 y 2020, ha vendido más de 29 millones de libros, considerando ventas a público general, al Estado y textos escolares. En el mismo periodo, Zig-Zag ha lanzado 440 novedades editoriales, aproximadamente 40 títulos al año, entre ellos libros informativos, novelas, libros álbum y libros para guaguas.
“El año 2020 nos pilló a todos por sorpresa. Tuvimos que ser resilientes y encontrar una nueva forma de pararnos frente al mundo. Es por ello que hemos buscado no solo nuevas maneras de llegar a nuestros lectores, de anticiparnos y de estar a la mano con la tecnología, sino que también en los contenidos y en la línea editorial. Estamos seguros que podemos llegar a muchísimos más lectores y podemos ampliar las temáticas de nuestros libros. Estamos trabajando en esto y también en hacer alianzas poderosas con nuestros sellos distribuidos”, señaló Alejandra Schmidt, Directora Editorial de Zig-Zag.
En el último año la tarea de Zig-Zag ha estado enfocada en analizar lo que preocupa, desafía, inquita y entretiene a los lectores, principalmente a niños y a jóvenes. En esa búsqueda se ha considerado temáticas novedosas y contingentes. Muestra de ello son las recientes publicaciones Princesa….¡a mi manera! y La decisión de Koki, los cuales aportan una mirada reflexiva al debate sobre género. Bella llegan a Chile, que trata sobre migración y que se tradujo al creol, Cabeza de TV que habla sobre la adicción a las pantallas; y los pandémicos libros Tres chanchitas en cuarentena y Hotel de gérmenes.
De la mano con la labor editorial, Zig-Zag se ha convertido en el operador logístico de libros más grande de Chile. Representa y distribuye a las editoriales extranjeras más importantes de habla hispana, como Anaya, Siruela, Alianza, Ediciones El Mercurio, Latinbooks, UnaLuna, VYR, entre otras, las que suman más de sesenta. Esto permite ofrecer una exquisita bibliodiversidad a los lectores chilenos.
Un poco de historia
“Necesitamos – dijo Agustín Edwards a sus colaboradores – un nombre que pueda vocearse con rapidez, que denote agilidad y dinamismo, y que quede en la mente de quién lo escuche”, y junto con decir estas palabras, la mano del señor Edwards rubricaba en el aire un movimiento rápido.
¡Qué curioso! – dijo uno de los presentes – ¡Su mano, señor, ha trazado un zigzag de un relámpago! ¡Zig-Zag!- exclamó Agustín – no busquemos más amigos míos, hemos encontrado el nombre que hacía falta. Zig-Zag se llamará nuestra revista. Conciso, original, vibrante”.
La revista Zig-Zag, fundada en 1905 por Agustín Edwards Mac Clure, contó con los cronistas, ilustradores y periodistas más importantes del ambiente cultural chileno, y grandes escritores como Augusto D´Halmar, Baldomero Lillo, Gabriela Mistral, Benjamín Subercaseaux, Pablo Neruda y Hernán Díaz Arrieta (Alone), entre otros, quienes firmaban artículos, cuentos y poemas en sus páginas. También se convirtió en uno de los más fecundos espacios de caricatura humorística, donde destacó el trabajo de Pedro Subercaseaux (Lusting), Julio Bozo (Moustache) y Nataniel Cox (Pug).
Editorial Zig-Zag también publicó otras emblemáticas revistas de la época, orientadas a segmentos específicos y para la historia nacional, como El Peneca –durante 50 años la publicación preferida de los niños que contó con las ilustraciones de los míticos Doré y Elena Poirier-, Corre vuela, Selecta y la revista femenina Familia, pionera en su género. Más tarde se sumaron Chile Magazine, Los Sports, Don Fausto, Para Todos y la primera revista de cine Ecran.
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