Hace 21 años la historia de vida de Cristina Oyanedel, profesora de aleman dio un giro inesperado. Fue el momento en que decidió levantar un negocio catalogado “de hombres”. Compró junto a su marido cuatro buses usados de la quebrada empresa de su padre y creó “Transportes Oyanedel”. “Era fines de la década del setenta y comenzamos desde cero. Nunca habíamos estado en el rubro… Al principio costó, hacíamos de todo, hasta que un día una empresa de Lampa nos contrató para entregar servicio de acercamiento para sus trabajadores, se corrió la voz y se empezaron a sumar más y más clientes.” recuerda Cristina, quien es gerente de la empresa y en el camino sumó a sus estudios la carrera de ingeniería comercial y un magister en innovación y emprendimiento.
En el plano personal Cristina ha sabido ser resiliente. Perdió a dos de sus hijos, de 10 y 4 años en dos accidentes. “Pasé por diferentes etapas… y un día me levanté y pensé ¿qué haría si éste fuera mi último día, si supiera que hoy me voy a morir?, entonces fue cuando decidí que cada día quería hacer feliz a alguien, hacerle más fácil el día a otras personas”. Esto conectó a Cristina con un propósito: entregar alegría y compartir lo aprendido con quien lo necesite. Su deseo la ha llevado a compartir con damnificados, abuelitos, jóvenes y niños de escasos recursos. “Junto a Carlos, mi esposo, les llevamos algunas cosas que necesitan y en algunos casos les buscamos trabajo en las mismas empresas donde prestamos servicios con nuestros buses…hacemos el nexo. Pero lo que más valoran es conversar, con sólo escucharlos te das cuenta cómo les cambias el día”, cuenta emocionada la gerente de “Transportes Oyanedel”.
En la misma línea, fue que no dudó ni un segundo cuando un amigo, director del Colegio Politécnico María Griselda Valle, ubicado en la comuna de El Bosque, le ofreció hacerse cargo del taller de Emprendimiento de las carreras de Mecánica, Administración, Gastronomía, electricidad, y contabilidad. “Consideré que era idónea para hacerlo. Tengo los conocimientos, pero lo más importante, la experiencia y puedo transmitir desde la realidad: He vivido en carne propia lo que es emprender, y hacerlo en la adversidad”, puntualiza Cristina, quien siente que ha logrado hacer un cambio en sus alumnos. “Quiero que sepan que pueden salir de una situación adversa y lograr sus sueños con esfuerzo y dedicación. Trato de dedicarme más allá de la sala de clases o del taller”. También le gusta sorprenderlos. Fue así como hace menos de un mes, trajo una de sus pasiones al colegio. Ni más ni menos que organizó el “Track Tuning Day”. Uno a uno sus pupilos vieron aparecer en el patio del establecimiento modelos de las marcas Porsche, Lamborgini y otros vehículos potenciados (Ford Focus, Hundai, Mustang, BMW, etc). Además se realizaron diferentes tipos de demostraciones donde los pilotos mostraron sus habilidades al volante incluida la propia Cristina quien sorprendió con su Porsche 911 Turbo S. “Siempre digo que los sueños se cumplen, hablo de los autos y las competencias, pero nunca lo había llevado al colegio”. El director le pidió a modo de humorada que manejara el auto y lo hizo. “Fue muy gratificante la ovación de mis alumnos, yo los quiero mucho y ellos a mí, además todos los días aprendo de ellos, de su cariño, respeto, generosidad, además de levantarme siempre el ánimo. Les digo a mis colegas, somos educadores de las futuras generaciones, si pides que te saluden, tú debes saludar primero, hay que adaptarse al cambio, la educación de hace 20 años, no es la que sirve hoy…y nunca se debe perder la capacidad de asombro y empatía”, explica entusiasmada la profe Cristina.
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