Hablar mal de sus empleadores, falta de claridad en sus intereses laborales, son algunos de los principales errores que cometemos en una entrevista. Conversamos con expertas para evitar estos tropiezos y tener una exitosa entrevista laboral.
Paola Redenz y Vanessa Vidal, psicólogas laborales y socias fundadoras de Competencia Consultoras nos detallan algunos de estos errores.
1.-Hablar mal de sus empleadores, generalmente cuando se indaga sobre los motivos de salida de sus trabajos anteriores o qué fue lo que no les gustó en éstos, algunas personas caen en críticas descontextualizadas y más asociadas a rabias personales en relación a las organizaciones o jefaturas; lo cual es validado, pero hay que tener cuidado en la forma en que se manifiesta, es más apropiado hacer referencias generales, contar hechos concretos y no caer en descalificaciones.
2.-Responsabilizar a otros de sus errores, en general tendemos a culpar a otro de nuestros fracasos, no somos capaces de visualizar qué fue lo que nos faltó, qué dejamos de hacer, o simplemente que conocimiento debemos incorporar. Incrementar nuestro nivel de conciencia en este ámbito es muy potente, ya que nos permite observar las decepciones como instancias de aprendizaje, desarrollo y crecimiento.
3.-Falta de claridad, en ocasiones les cuesta tener claridad sobre lo que buscan o les interesa en el ámbito laboral (lo cual es esperable en los que están iniciado su vida laboral), son escuetos en sus motivaciones y no cuentan con un relato que exprese hacia donde busca desplegarse y desarrollarse en un futuro cercano o a largo plazo.
4.-Inconsistencia de su relato con lo que está redactado en su currículum. Muchas veces no coincide lo que aparece escrito con lo que cuentan como experiencias laborales. Otra situación que nos suele afectar en estas instancias es la ansiedad.
Patricia Rojas, coach ontológico integral, nos explica que “nuestras emociones no son buenas ni malas, simplemente dan cuenta de algo y en su particular forma expresan una sabiduría exquisita”.
Cuando experimentamos ansiedad frente a una entrevista de trabajo o al exponer en una reunión importante, aparece la necesidad de saber o resolver algo en el futuro, que no es momento para resolver o saber, nos saca de foco, nos anticipamos, perdemos precisión y control.
Esta experiencia nos invita a aceptar que son muchas más las cosas que no controlamos. Aparece la sensación de estar siendo evaluados y aunque puede ser cierto, mi invitación es preguntarse: ¿Soy consciente de mi oferta de valor?, ¿me comporto como agradecida, estoy pidiendo un espacio u ofreciendo mis talentos y habilidades?, desde ambos lugares, aparecen distintas posibilidades. Ofrecer nuestra propuesta de valor nos lleva al nivel de conciencia y presencia necesarias, para establecer que aquello que estamos ofreciendo es valioso y nuestra voz es simplemente un canal para expresarlo.
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