¿Por qué nos gustan tanto las parrilladas?
Quizá porque es un ritual que despierta el poder de congregar a un grupo en torno al fuego, en cualquier época del año para comer y beber, pero sobre todo para estar cerca y divertirnos.
En el asado, cada asistente juega un rol que le da sentido a este rito: Está el experto en prender el fuego y manejar la parrilla con sus asistentes, el especialista en la carne que trae todos los ingredientes y condimentos, el que hace el picoteo, el responsable la música y, muy importante, el que está a cargo de las bebidas.
A este último héroe vamos a ayudarle con algunas ideas y queremos explicarte por qué hemos pensado en que Jim Beam, es el asistente infaltable al asado de los amigos.
Un corte un whisky:
Un asado, es una excelente instancia para olvidarse del estrés de la semana. Proponemos que arranque un sábado a mediodía para compartir un momento increíble frente al fuego con un buen trago.
Para partir, la experiencia aumentará incluso más, si se combina con Jim Beam desde el inicio. Y cuando los primeros cortes de filete de lomo de res estén saliendo, sabe bien tomar algo refrescante, para ello el trago Outside es el indicado: Agrega en una coctelera dos partes de Jim Beam White, una parte de jugo de pomelo, media de jugo de limón, media parte de Bitter aperitivo, syrup y agita por 15 segundos. Luego sirve en un vaso con abundante hielo y termina completando con agua gasificada.
Una Malaya de vacuno potencia muy bien su sabor graso, y la mejor opción para olvidarse del estrés de la semana es con un Honey Julep: Usa dos partes de Jim Beam Honey, nueve hojas de menta, una parte de jarabe simple y hielo picado. Para decorar, una rama de menta lo dejará perfecto.