La conocida marca The Body Shop, es una empresa de cosmética natural que desde sus orígenes se planteó como una marca sustentable. Su fundadora, Anita Rooddick, fue visionaria y pionera en lo que hoy se conoce como sostenibilidad, al considerar desde el diseño de su negocio el respeto por los derechos de los animales, el reciclaje, el activismo, la defensa por los derechos humanos, el empoderamiento de la mujer, la economía circular, el trabajo digno y justo, entre otros; siendo la primera marca de belleza internacional en realizar campañas contra la experimentación en animales con fines cosméticos en 1989, que preparó el terreno para la consecución de la prohibición de ámbito europeo de la experimentación en animales en 2013.
A nivel mundial, más de 500.000 animales sufren y mueren año a año a consecuencia de las pruebas en animales en laboratorios de cosmética. El uso de productos de belleza cruelty free, cada vez toma más importancia.
Pero ¿qué significa ser ‘cruelty free‘: se utiliza para dar alusión a todo elemento, producto de consumo u otro, que sea libre de crueldad. Es de conocimiento masivo que gran parte de la industria cosmética y de higiene, testea sus productos en animales a través de horribles procedimientos que llaman a un triste final para ellos. Algo totalmente innecesario y que no asegura una efectividad al 100% respecto a las reacciones que estos productos podrían tener en los humanos; ya que fisiológicamente somos muy distintos.
Para testear sus productos, la marca ha sido certificada por el sello “Leaping Bunny” concedido por Cruelty Free International, utiliza tejidos humanos, piel humana reconstituida y modelación computacional a través de Inteligencia Artificial.